sábado, abril 07, 2012

Dolor.

Él aliviaba mi dolor, calmaba mis penas y me escuchaba aunque se hiciera de día y de noche otra vez. Él calmaba mi dolor y ahora... ahora nadie puede hacerlo. No quiero suplicar, ni me gusta ni es mi estilo, no estoy hecha para suplicar pero no estoy hecha para esperar y comerme mi propio dolor sin sentir una ruptura en el alma que no es comparable con nada.

Creo que solo me queda una cosa, una única salida. Esperar a que se pase por si solo y esperar a que esta herida cicatrice también. Esperar a que todo vaya mejor y a que pueda dormir 8h seguidas sin despertarme rota de dolor, sin soñar lo duro que es la vida. Soñar que todo se pierde es doloroso.

Dolor. Dolor. Dolor. ¿Y ahora qué?

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