La bici y su aula.

Hoy ha sido un día quasi perfecto, pero ha sido un día para recordar. Me gustaría que todos los días fueran como hoy. Excursión en bici, fanta al sol hablando con una amiga, ducha fría, risas en el médico y paseo con mi perro. Un gran día. Hasta me he permitido el lujo de no estudiar.Pero solo hoy. Grandes momentos para grandes días y es que salir con la bici es el mejor de los medicamentos. Probablemente, comenzar a pensar en aprender y decidirme a apuntarme a un curso para aprender es una, o la mejor acción que he hecho en este año. La bici me da tanto, y tanta seguridad que me dan ganas de reírme en cada momento. Hace mucho tiempo que no sonreía en la calle porque sí, que no tenía motivos para salir a la calle con una sonrisa. Y todo gracias a la bici, si ya lo decía Fernando Fernán Gómez, las bicicletas son para el verano y el verano para reír.
 Gracias al Aula de la bici que me ha permitido a un año malo, ponerle la mejor de las sonrisas.

La simpleza.

 Las cosas a veces nunca son como parece, nunca, y cuando lo son nos extrañamos porque la realidad es que no estamos acostumbrados a lo simple. No nos gusta, creo que sentimos una especie de abominable reacción a todo lo simple, porque suele ser directo y sin rodeos y, los rodeos nos gustan.
 Hoy por ejemplo, en la biblioteca me he encontrado una chica muy guapa estudiando algo muy asqueroso (probablemente no lo sea, pero siento repulsión a los órganos mutilados y los ojos colgando) pero la realidad es que, estaba allí estudiando rodeada de hombres y mujeres estudiando cirugía oftalmológica hasta que llega un hombre.. ¡QUÉ HOMBRE! Guapo, con aire intelectual, toda la sala femenina mirando y mirando cuando de repente la chica guapa de mezcla en un beso con el hombre intelectual. ¿Qué? Esperabais que se besará con una chica fea.. no! La realidad es que los hombres guapos salen con mujeres despampanantes, aunque bueno, tonta no debía ser si estudiaba medicina, seguramente era inteligente. Pero esa es la realidad, lo simple.
 Ahora bien, mi simpleza en la vida es que cuando el día acaba y sigues teniendo un motivo para reír... el día ha sido bueno. Y con eso es con lo que nos tenemos que quedar.
 Buenas noches y hasta mañana.

No a los miedos

La vida pasa entre lo que no vemos o lo que no queremos ver. Yo me escondo entre el miedo y ahora quiero vencer esa puerta que se interpone entre mi psique y yo. Para ver si el el insomnio me abandona, y puedo disfrutar de nuevo de soñar y soñar con Morfeo. Dormir, algo tan básico y tan necesario. Solo quiero dormir, dormir y dormir. Venzamos los miedos que no nos dejan dormir y tiremos los retos y sirvámonos de ellos para seguir adelante cada día.
 He oído que para trabajar tu autoestima tienes que pensar en los 5 principales, principales lugares, personas, ciudades, principales. Mis principales ciudades son: Londres, Viena, París, NY y Estambul. ¿Personas? Lola (una mujer muy simpática que viene a Yoga conmigo), mi hermano, JC (un amigo que disfruta de la vida como yo no sé hacer), mi tío José y Elvira.
 Instauremos el buen humor, la positividad y crezcamos para olvidar miedos y cadenas que nos atan.

Huellas entre los impagos.

 
   Era un hombre, un hombre normal, no tenía mucho pelo, no era gordo, no era delgado, no sobresalía en ningún aspecto físico, no sobresalía con su estilo, si quiera lo intentaba. No quería, porque lo más importante en él estaba en su interior, en lo que había conocido, en lo que había aprendido, en lo que había hecho y por su puesto en todo lo que sabía, en todo lo que era, al fin y al cabo. Lo peor, lo peor de todo fue que la crisis se llevó todo lo que tenía para convertirse en un hombre inteligente sin más. Y el mundo estaba cansado de los hombres inteligentes, de esos había muchos, más de los que el mundo podía manejar. 
  Era un hombre como otro, pero diferente, había conseguido dejar una huella en la historia, mucho más profundamente de lo que otros lo harán jamás, eso es lo que le diferenciaba de otro hombre inteligente. Las huellas, todo se reduce a las huellas. Huellas, ahora solo quedan las huellas porque los impagos, los concursos de acreedores se han llevado el resto de una vida.