martes, octubre 13, 2009

Palabras que no dicen nada, silencios que lo dicen todo

Martes 13 de octubre e irremediablemente me he quedado en casa agazapada por la temprana lluvia y por la necesidad de perderme entre las inquietantes aguas de la duda y el constante pensamiento de mi misma. La misma canción se repite una y otra vez, sincera y melancólica siempre la auténtica Alanis Morissette; mis pensamientos bailan al son de los primeros acordes de su guitarra y de su voz que sin querer decir nada lo dice todo. Siempre los acordes marcan que un corazón vuele por la habitación o se acomode en un sofá sin rumbo fijo y sin pensamientos más allá de la nada.
Hace unos días un buen amigo mío me dijo, quien no sepa estar en silencio, quien no sepa acomodarse entre sus pensamientos no puede si quiera mostrar inteligencia, no puede pensar poder compartir su vida con alguien. Llevo horas, días y parte de mi vida sola volando por mundos inimaginables con la única compañía de mis pensamientos. Mucha veces nos quedamos en silencio, no porque no tengamos que decir ni porque no pensemos que podemos o no decir algo, sino porque hay momentos en que el mejor silencio es la mejor contribución a una conversación.
Y es que las conversaciones no solo son palabras, sino también miradas y silencio. Un mirada y un silencio alentador dicen más de nosotros mismos que una palabra bien escogida. Así que atendiendo a este pensamiento creo que es más sincero callar que hablar incesantemente de nada.