lunes, marzo 26, 2007

Pensando en ti

¿Por qué nos empeñamos en enamorarnos aunque solo consigamos enfrentarnos ante la fría y distante pared? ¿Por qué creemos que necesitamos encontrar a esa persona cuando sabes que no existe? El amor es eso que te hace llorar cada noche cuando crees haber encontrado al amado, el amor es lo que te levanta cada mañana con ganas de seguir pero, a medio día te destroza porque adviertes que la verdadera historia de todo es que estas y estarás siempre sola. El amor es la mentira que nos cuentan nuestros padres con historias de príncipes y princesas, el amor es la balada con la que nos mecemos en una barra de bar esperando que aparezca con sueños de bodas y palabras vanas que nunca diremos… el amor es ese sentimiento que añoras pero temes, temes el dolor que te causa, temes que te rompa y no te puedas levantar… temes que el tiempo que tenias pensado en dedicarte cada día lo pierdas pensando en otro que jamás se dará cuenta de tu mirada atenta. Pero lo miras y vuelves cada día al mismo sitio, solo con la esperanza de mirarlo y te pasas horas suplicando que te diga hola. Solo hola, pero no lo dice o sí, nunca se sabe, y cuando lo dice, todo empieza y todo acaba, pero acaba porque cuando te dice hola también te dice adiós. Y no hay más, no hay mas que decir, salvo esperar, y volver y esperar que te diga hola y esperar que te diga adiós y esperar que entre medio sea capaz de ver tu mirada atenta y ver que estas ahí, esperando que se fije, teniendo miedo a decirle que le quieres y esperando que él te haga la mujer mas feliz del mundo. Y mientras llega, sueñas y lloras y sueñas. Sobre todo sueñas, porque la vida es soñar, con que aparezcas, con que te fijes en que llevo semanas esperando que te des cuenta, pero que tengo miedo a… a que me rompan el corazón, otra vez, y por eso observo y espero y lloro porque… no sé que más hacer. Habrían muchas razones para callar y solo una para confesarme contigo, pero… ¿y si al confesarme me doy cuenta que todo lo que soñaba era solo una ilusión? ¿Con qué no hay más que palabras vacías y sentimientos tirados al saco con esos amores imposibles? Es tan difícil pensar que todo quiere decir algo cuando no es más que gestos, y tengo miedo… pero… ¿cómo decírtelo? ¿Cómo decir algo que aún no es nada? Lo sé, solo me queda esperar… A qué te gires y me veas, mirándote, esperándote y soñando con estar junto a ti en noches como estas.

miércoles, marzo 21, 2007

Amor no correspondido

He comprobado que casi todo lo que se ha escrito sobre el amor es cierto, Shakespeare dijo: ''Los viajes terminan con el encuentro de los enamorados''. ¡Oh! ¡Que idea más extraordinario! Personalmente, nunca he experimentado nada ni remotamente parecido a eso, pero estoy convencida de que Shakespeare sí. Supongo que pienso en el amor más de lo que debería, me admira constantemente su arrebatador poder de alterar y definir nuestras vidas. También fue Shakespeare quien dijo que el amor es ciego; pues bien estoy segura que eso es verdad.

Para algunas personas, de forma inexplicable el amor se apaga; para otras el amor sencillamente se va; si bien es cierto que el amor también puede encontrarse, aunque sea sólo por una noche; sin embargo existe otra clase de amor, el más cruel, aquel que prácticamente mata a sus víctimas, se llama amor no correspondido y en ese apartado soy una experta. La mayoría de las historias de amor hablan de personas que se enamoran entre sí, pero... ¿qué pasa con los demás? ¿quién cuenta nuestra historia? La de aquellos que nos enamoramos solos; somos víctimas de una aventura unilateral, somos los malditos de los seres queridos, los seres no queridos, los heridos que se valen por sí mismos, los discapacitados sin plaza de aparcamiento reservada.


Sí, estáis viendo a una de estas personas; he amado por voluntad propia a ese hombre durante 3 amargos años. Sin duda los peores de mi vida; las peores navidades, los peores cumpleaños, nocheviejas que acaban con lágrimas y valium. Estos años en que he estado enamorada han supuesto los días más nefastos de mi vida y todo porque he sufrido la maldición de enamorarme de un hombre que no puede ni quiere corresponderme.

¡Oh dios! Nada más verle se me acelera el corazón, siento un nudo en la garganta, no puedo ni tragar... Los síntomas habituales.