domingo, febrero 08, 2009

I si canto trist


 Durante toda la tarde solo he visto viejas películas ya olvidadas, algunas como: El verano son para las bicicletas o El viaje de Carol o incluso, Otro país. Esas películas no nos han ensañado nada, salvo que la vida no es un camino de rosas, unos se engañan a si mismos esperando un fin que parece no llegar nunca, otros, ignoran su condición humana intentando olvidar su sexualidad para no dañar a su amor, y la pobre niña sobrevive a la muerte de su madre, a la pasión de su abuelo, a el desconocimiento de su padre y a la muerte de  Tomiche, que por fin consigue devolver su sonrisa. ¿Qué nos enseñan estas películas? Ahora las vemos como si solo fuesen un pasatiempo para olvidar que el tiempo pasa, pero... el tiempo pasará igual con o sin películas, pero esos personajes estarán siempre esperando que alguien los rescate, que alguien piense en ellos no como una estrella fugaz, sino como vidas de personas que existieron, que vivieron, amaron, rieron, lloraron y murieron. 
 Todos somos eso, nuestras vidas no salen en películas, nadie cuenta nuestras historias, pero nuestras historias no suponen la vida o la muerte de otros, nuestras vidas son simples vidas. Ahora yo estoy en una pequeña habitación de una residencia cualquiera de Londres, a oscuras y oyendo a Lluis LLach, I si canto trist, pensando que todo no es bueno o malo, pensando que mi vida no es tan mala como la letra de la canción que oigo. Pensando que otros escribieron, pensaron o juzgaron lo que yo estoy haciendo. Siempre hay alguien que nos juzga al final del pasillo, un amigo, un hermano, un padre, una madre o un desconocido. Siempre hay alguien que no vive de acuerdo con nuestra vida, pero... ¿eso importa? 
 Las películas nos dicen que no, que aunque te quedes solo, siempre aparecerá alguien, pero.... ¿lo necesitamos? Las personas viven, somos egoístas, todos, incluso quien dice que no. ¿Eso importa? Yo sé que no, ¿y tu? 
  
   ´Jo no estimo la por, ni la vull per demà, que m´agrada el sonris d´un infant vora al mar, con el ulls a punt d´esclatar´  Quien tuviera aquí a un niño, mirando la nieve con ojos de ingenuidad y pasión, pero los niños no están, los niños juegan, corren y ríen. Pero también olvidan rápidamente, los niños olvidan lo que no ocurre hoy. Los niños se han ido. 
 
 Todos somos marionetas, vivimos al ritmo que nos marcan y crecemos al ritmo que encontramos en el sol. A veces el sol se esconde entre las nubes, y nosotros nos paramos, alguien nos ha traicionado, alguien nos ha roto, pero el sol siempre aparece, las nubes se pierden entre unos y otros y la vida sigue... con o sin pensamientos, con o sin traiciones, con o sin corazones rotos, la vida siempre sigue. Hay personas que se quedan en el pasado y otras que siguen creciendo contigo... ¿tu dónde estas? 

  La nieve, los niños, los sentimientos, las traiciones, las películas, y estas palabras se olvidarán entre los primeros suspiros de la primavera. Y todo habrá sido un susto, un error, o un sueño. Y cuando te levantes, nada será verdad, la luna se lo habrá llevado entre el viento de la noche. Y los cuervos te recordarán que el solo quedan cenizas que barrer. 
 

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