domingo, agosto 13, 2006

2ª parte.

Sabía que ese tipo de pregunta no tenía respuesta, ni siquiera debería haberse propuesto enunciarla, ni siquiera haber tenido el valor de perderse y de preguntar algo tan profundo que no sabía si podía contestar o mejor aún, no sabía si quería contestar... pero ya era tarde para cuestionarlo, sólopodía esperar... Así que decidió dejar el banco y las niñas. Se fue, camino por unas callejuelas, observo como serenamente paseaban, se paraban viendo pequeños escaparates y seguían riendo entre superficiales conversaciones... al final, consiguió llegar a un gran café se dirigió a la barra, a una pequeña barra de madera y al acercarse al camarero, este la llamo efusivamente:

- ¿Lo de siempre Marian?- dijo él con su dulce sonrisa y su aire informal y despreocupado.

Ella sólo pudo asentir con el rostro y sacar los 2'50€ que costaba su pequeño vicio, penso si sentarse, esperando que llegase alguien para abordarla, pero... cogió su cafe con leche y se fue, se fue a su casa, era ya tarde y Will (su gato) la estaría esperando. Al llegar, no vió a nadie, habían tantos recuerdos....hace tan poco tiempo que se había quedado sóla, que aún podía verle sentado delante de su pequeño ordenador, podía ver como le sonreía y como le saludaba efusivamente con un tierno beso en la mejilla; pero todo era mentira, sólo una pequeña ilusión.
Se sento en el sofá y Will llego, él sabía que no estaba bien, podía notar su gesto preocupado, su presencia costante, pero sólo era su gato, por suerte estaba allí. No sabía que hacer, si llamar a alguien, para contarle su miserable vida, o irse directamente a la cama y olvidar todo el día hasta el próximo domingo, olvidar que era sábado y estaba llorando en el sofá.

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