viernes, septiembre 11, 2009

noooo

Las ventanas abiertas de par en par, la música cada vez más estridente y más alta... no espero ni quiero nada, no pienso ni debo pensar, pero no puedo evitar preguntarme que me ocurre, como una colegiala esperando una llamada que no llega, no veo su estación tras de mi ni tampoco siento que debo sentir pero quiero sentir. Me pregunto y no siento, me pregunto y me apago como si de un ordenador se tratase. Grito, cada vez mas alto, cada vez mas fuerte pensando que todo aparecerá frente a mi con un leve grito de locura y aturdimiento. No puedo ni correr ni saltar si quiera estirarme. Pero sigo gritando con los brazos en alto como si fuera a atrapar las estrellas con mis manos dentro de mi habitación. Miro a la calle entre los ventanales de mi balcón, esperando que mis ojos traspasaran las paredes y me diesen las respuestas que no encuentro. Y me desespero sin saberlo, y me agobio pensado desde la tranquila angustia de no saber nada. Quizás solo sea un intercambio de nada, de apuestas que no llevan a ningún sitio, de mentalidades muertas que buscan no estar solos, quizás estoy sola en este mundo y quizás solo soy el segundo plato de un primer plato defectuoso, o el plato defectuoso de una carta mal hecha.
Quizás no quiero ni chillar, ni pensar, ni preguntarme memeces que me llevan a sospechar que no soy nada, un halo de luz que se pierde entre el sol a media mañana. Pero ahora el sol se esconde entre pareces ocres y pienso que quizá ahora una pequeña luz resplandeciese con la dulzura y el candor que se espera de esa pequeña sensación.

Solo estoy esperando que lo impredecible se cumpla, pero debería recordar que las excepciones son mentiras que amamos, dejaré de pensar, seguiré chillando y recordándome que la estridente música puede apagar los pensamientos que desbocan mi mente como un volcán sin lava que escupir.

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