lunes, mayo 04, 2009

El fin


  Hace ya ocho meses escribí mi deseo de volar hacía una vida nueva, ese deseo no ha muerto y acierto a pensar que nunca morirá, pero si que desfallece para volver a la realidad más absoluta de abandonar Londres dentro de un mes exacto. Duele pensar que, he sido todo lo feliz que he podido, que he cultivado amistades para siempre y he conocido obras y escritores nunca nombrados en Valencia. Londres me ha dado la independencia que añoraba, la libertad de la que carecía y la intelectualidad que había olvidado, los juramentos de amigos a la luz de la luna, la lista de cosas que nos quedan por hacer antes de perdernos en nuestras vidas: Dublín, Bath, Edimburgo,... Dover, sueños que sabemos que puede que no resolveremos. Pero,... ¿qué mas da? Nadie nos quitará las horas que perdimos juntos, las ganas que tuvimos de no olvidarnos nunca, las fotos que gastamos los unos en los otros, las conversaciones a media noche, los secretos que nos contamos, las inseguridades y los complejos, todas esas cosas que nos hacen querer. Este año sin ellos, nunca habría sido nada. Gracias

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